Profesor de ELE en apuros

Reflexiones, miedos, dudas, aciertos y desaciertos de un profesor de Español como Lengua Extranjera (ELE), interesado por la aplicación de las TIC y las técnicas teatrales a la educación, la literatura, el cine y el concepto de competencia intercultural.

lunes, 16 de febrero de 2009

Reflexión final sobre Español Académico

En esta entrada quiero recoger mis impresiones acerca del curso de Español Académico, que por primera vez he impartido este semestre.

Las clases terminaron hace apenas una semana y media. Por un lado, tenía ganas de acabar. El curso me estaba quitando mucho tiempo del que debía dedicar a mi memoria de máster. Por otro lado, sin embargo, terminar este curso significaba volver a la oficina para hacer más tareas de tipo administrativo, algo que me gusta más bien poco. Por lo que se mezclaban sentimientos opuestos.

Más allá de estas impresiones, en el curso tuve 6 alumnos, un número muy manejable para hacer cualquier actividad. Al final me decidí por el manual Punto final, de Edelsa, un manual que no es de español académico, pero del que me interesaban sobre todo los textos y los temas de gramática. Era la primera vez que lo usaba por lo que tuve una mirada constantemente crítica sobre el manual para valorar si sería mejor cambiarlo para próximas ediciones del curso.

Después de impartir este curso he llegado a la conclusión de que, en general, he usado muy poco el manual, lo que posiblemente lo haga innecesario para otras ediciones. Tengo una mezcla de aspectos positivos y negativos que le encuentro al libro. Por un lado, me gustaron los textos (o algunos de ellos). Sin embargo, aunque las actividades de comprensión proponían una secuencia lógica (primero comprensión de ideas generales y después de ideas concretas), las preguntas de comprensión detallada eran ridículas para el nivel de los alumnos. Las preguntas se seguían de respuestas tipo test. La respuesta correcta estaba casi siempre redactada tal cual aparecía en el texto. En cualquier caso, la explotación más lingüística de los textos no estaba mal. Se solían potenciar las actividades de adquisición de un léxico más preciso para sustituir a las palabras generales (por ejemplo, "mover": deslizar, agitar, vibrar...). También se trabajaba con bastantes frases hechas muy comunes tanto en el lenguaje escrito como hablado.

Otro aspecto que me gustó del libro fueron las actividades de debate que planteaba, generalmente con temas relacionados con los textos trabajados anteriormente. Por el contrario, un aspecto negativo, a mi modo de ver, era la presentación y explotación de la gramática. Los esquemas gramaticales solían ser listas de usos y las explotaciones, actividades en las que aparecían frases frecuentemente descontextualizadas en las que explicar uno u otro uso resultaba totalmente aleatorio, por ejemplo, en los casos de las perífrasis de infinitivo, gerundio o participio.

Otro día reflexionaré sobre la aplicación de la herramienta del blog de clase para este curso. Todavía no estoy muy seguro sobre los resultados de esta aplicación :-)

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